Como primero, nos encontramos ante un relato legendario que, en realidad, se nutre de dos tradiciones surgidas en ámbitos y períodos distintos, y que en época tardía intentaron compatibilizarse. La primera de estas tradiciones tiene como protagonista al troyano Eneas. Todo se inicia tras su huida de la destrucción de su ciudad por los griegos y acompañado por su hijo Ascanio y un grupo de seguidores, Eneas llegaría a las costas del Lacio, que se encontraban gobernadas por el rey Latino.
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Eneas venciendo a Turno, Lucas Giordano ( 1634-1705). Fuente: Google Imágenes |
El rey Latino cedió la mano de su hija Lavinia al recién llegado, quien, inmediatamente tuvo que enfrentarse contra Turno, rey de los rútulos, que pretendía también a la hija de Latino en matrimonio. Tras derrotar a Turno, Eneas funda la ciudad de Lavinium, mientras que su hijo Ascanio ( llamado Iulo) hace lo propio con Alba Longa, ya muerto su padre.
Esta leyenda, por ciertos hallazgos arqueológicos se piensa que pudo acuñarse hacia el siglo VI a.C.
Por otro lado, se intentó compaginar la fecha de 1184 a.C., año considerado como la caída de Troya, con la de 753 a.C. y crear así la tradición griega con el bloque legendario latino, intercalando una dinastía de reyes de Alba Longa, descendientes de Eneas. Cogiendo esta segunda leyenda, uno de aquellos reyes, Numitor, sería destronado por su hermano Amulio, quien obligó a la hija de aquel, Rea Silvia, a convertirse en Vestal, incapacitándola así, debido a la virginidad de este sacerdocio, para tener descendencia. Sin embargo, la tradición dice que el dios Marte engendró en Rea Silvia dos gemelos, Rómulo y Remo, siendo al poco de nacer arrojados por su tío Amulio al Tíber.
Esta leyenda, por ciertos hallazgos arqueológicos se piensa que pudo acuñarse hacia el siglo VI a.C.
Por otro lado, se intentó compaginar la fecha de 1184 a.C., año considerado como la caída de Troya, con la de 753 a.C. y crear así la tradición griega con el bloque legendario latino, intercalando una dinastía de reyes de Alba Longa, descendientes de Eneas. Cogiendo esta segunda leyenda, uno de aquellos reyes, Numitor, sería destronado por su hermano Amulio, quien obligó a la hija de aquel, Rea Silvia, a convertirse en Vestal, incapacitándola así, debido a la virginidad de este sacerdocio, para tener descendencia. Sin embargo, la tradición dice que el dios Marte engendró en Rea Silvia dos gemelos, Rómulo y Remo, siendo al poco de nacer arrojados por su tío Amulio al Tíber.
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Loba Capitolina amamantando a Rómulo y Remo. Fuente: Wikipedia. |
En otro giro de esta hermosa leyenda, el río dejo mansamente a los hermanos en la orilla, al pie de la colina del Palatino, donde fueron amamantados por la loba capitolina siendo posteriormente recogidos por el pastor Fáustulo, criando este a los gemelos como auténticos hijos suyos. Ya siendo adultos fueron conocedores de su verdadero linaje, mataron a Amulio y restablecieron en el trono de Alba Longa a su abuelo Numitor. Finalmente, los dos hermanos decidieron fundar una nueva ciudad próxima al emplazamiento donde les amamantó la loba; esto habría ocurrido, según la datación canónica, en el año 753 a.C.
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Mapa de las Siete Colinas de Roma. Fuente: Wikipedia. |
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